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Los protocolos contra las olas de calor fracasan en las pequeñas empresas

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Unos 60.000 trabajadores de Castellón están expuestos a las altas temperaturas y los focos con mayores problemas se sitúan en las cocinas de los restaurantes y los empleos al aire libre • Los sindicatos dicen que las grandes compañías están más concienciadas

Trabajar en verano en una oficina con aire acondicionado de forma permanente es el sueño de muchos. Pero en Castellón gran parte de trabajadores -unos 60.000ocupan puestos con exposición a altas temperaturas y en estos días se hace más necesaria que nunca la adopción de medidas contra el estrés térmico, que vienen reguladas por ley en especial cuando se activa la alerta naranja y roja -como ha ocurrido estos días atrás-.

Aunque por ahora no han tenido conocimiento de golpes de calor o atenciones por emergencias en los centros de trabajo, los sindicatos de Castellón UGT y CCOO sí coinciden en señalar que el desafío es que pequeñas empresas y micropymes, de entre 1 y 50 trabajadores a cargo (unas 20.465, según el DIRCE, la mitad del global), implementen protocolos para proteger a sus trabajadores, pues en esto pinchan y no se da en la mayoría de los casos, frente a las grandes compañías, más concienciadas.

Pausas programadas

Teresa Zambudio, representante de Salud Laboral de UGT en Castellón, incide en que cuando se dan estas olas de calor «instamos a que los delegados soliciten a la compañía que haga mediciones de estrés térmico, se faciliten pausas programadas o a elección del empleado cuando esté fatigado; facilitar la hidratación, etc.». Además, apunta que los focos con mayor problemática de empleados expuestos al calor se dan «en pequeños negocios de hostelería donde las cocinas no cuentan con refrigeración o se estropea el aire y no se arregla. Tampoco se suele aplicar en puestos al aire libre como chiringuitos; en sectores como jardinería o limpieza de calles; o en naves donde sea difícil la climatización».

Zambudio añade «subcontratas pequeñas de la construcción, en obras de estructura donde no hay nada de sombra y el trabajo puede ser infernal, pues las grandes del ladrillo sí tienen casetas habilitadas con aire para las pausas

y adaptan el horario descansa ndo las horas de más sol».

Al respecto, el presidente de la patronal de la construcción Apecc, David Ruiz, indica: «Estos días los delegados de Prevención están adoptando las medidas necesarias; además, en municipios con normativa por ruidos en verano, como Benicàssim, se marca la hora de inicio de jornada permitida».

Zambudio agrega que en el campo existen profesionales que tienen «muy interiorizado el cambio de horarios para realizar su trabajo cuando llega la época estival y en ese caso madrugan mucho más, y se ponen a trabajar prácticamente de noche para acabar antes y evitar las horas de más sol».

En la línea, desde CCOO, el secretario general de Hábitat, Jordi Riera, apunta que en el azulejo el 60% de los 14.000 empleados (unos 8.400) ocupan puestos expuestos al estrés térmico por el calor que desprende la maquinaria en planta y, en especial, en los hornos que alcanzan más de 1.000 grados, «en el entorno se llega a los 50º y es un infierno».

FUENTE: Periódico Mediterráneo de Castellón